
Hay un chaval que en el estadio se sienta junto a las localidades de nuestra peña. Debe tener unos doce años y todos los domingos que el
Sevilla juega en
Nervión, acude con su madre, lleno de ilusión, a ver los partidos de su equipo . Se le nota cuando llega siempre con una sonrisa .
El padre, también sevillista, no se ha abonado como ellos, porque para la familia supone demasiado gasto, así que se queda en un bar próximo durante el partido. Pero el chaval se lo merece como premio porque, según tengo entendido, es un buen estudiante.
Sin embargo últimamente, la sonrisa de su llegada, se transforma en cara un poco de frustración, un poco de resignación al final de los partidos.
Sólo por ver las caras de estos chavales cómo se iluminan cuando su equipo marca un gol, cuando borda el fútbol como ellos saben hacerlo, todos y cada uno de los jugadores deberían salir en cada partido con actitud de equipo grande. Porque el
Sevilla Fútbol Club es un equipo centenario y
GRANDE .
Hoy no voy a hacer leña del árbol caído. Ya en otros blogs se han encargado de comentar el partido que perdió nuestro equipo.
Simplemente quiero que a estos chavales que acuden con tanta ilusión a cada partido, se les dé un motivo para llevar al cuello con orgullo una bufanda blanca y roja en la que puede leerse:
" dicen que nunca se rinde" .