Nos despertamos en la mañana de hoy con la noticia de que una de las cadenas de nuestra catedral ha sido sustraída.
Y hablando de cadenas, en su acepción como uniones o enlaces, traemos a colación el acto que tuvo lugar ayer tarde en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla, y al que acudió como invitado nuestro Presidente, José Mª del Nido Benavente, así como Santiago Balbontín, José María del Nido Carrasco y Piedad Parejo, como fué la presentación del libro “ Orígenes del Fútbol Sevillano” del que es autor Juan Castro Prieto.
Una obra en la que, partiendo del año 1870, se nos muestra la conexión existente entre los personajes del fútbol sevillista del 1890 a 1915. Un magnífico trabajo de investigación.
Un libro al que todo sevillista deberá hacer un hueco en su biblioteca para descubrir de dónde venimos.
Año 2085. En la pantalla del ordenador aparece esta imagen
y ésta otra
Y ante la pantalla, un chico de unos siete años. Con sus ojos grandes , brillantes, y una sonrisa dibujada en su rostro, se queda fijo en la pantalla. Corre por el pasillo a toda prisa y se dirige al salón :
¡¡Abuelo, abuelo !! Mira lo que he encontrado !! La foto!! Es igual que la que tienes dentro de ese libro que estás leyendo !!
Quién es?
- Es Kanouté, Frederick Omar Kanouté, uno de los jugadores más importantes de la Historia del Sevilla Fútbol Club.
- Y tú le viste jugar ?
- Sí. Cuando llegó a Sevilla yo era aún más pequeño que tú, tenía cinco años. Era estupendo verle jugar, y como se crecía en el terreno de juego. Era la elegancia personificada. Además contribuyo a la consecución de varios títulos por parte del equipo….Y además, te enseñaré, que también tengo guardado un autógrafo suyo.
En serio ???!!!??????
Sí, una vez que fui a un entrenamiento del equipo con mis padres.Desgraciadamente, a tu madre nunca le gustó el fútbol, se inclinó más por el baloncesto y a tu padre sólo le gusta la pesca, y yo ya estoy mayor para poder llevarte…
Bueno abuelo, pero ahora que ya habéis vuelto a vivir en Sevilla, podrás contarme historias del Sevilla , y quiero que me cuentes cosas que recuerdes, de los trofeos, de los goles y sobre todo, muchas cosas de Kanouté.
En estos días de Feria, un recuerdo para aquel otro Jueves de Feria de 2006, mes de Abril, día 27, el mismo número de su dorsal de entonces…. aquel Gol de Antonio Puerta que nos llevó a la gloria.
Macandrito era un toro negro mulato, bien armado y veleto, del hierro del
duque de Veragua. En realidad ese no era su verdadero nombre, pero no es bueno
andar por esos mundos de Dios en el anonimato, por eso le hemos bautizado así,
en honor a la naviera MacAndrews en uno de cuyos barcos, y por intercesión de
nuestro primer presidente Edward Johnston, el animal metió su pellejo rumbo a
Londres.
Macandrito se fue “en un barco de nombre extranjero” en 1902 y casualmente,
en ese año, el maestro Antonio Álvarez Alonso componía el pasodoble Suspiros de
España como símbolo de la nostalgia del país perdido.
Macandrito debió nacer en 1897 en “Castillo de Higares”,
finca situada en la población toledana de Mocejón.
Su propietario era Cristóbal Colón de la Cerda, duque de Veragua,
descendiente directo de aquel que descubrió el Nuevo Mundo.
Cristóbal Colón de la Cerda, XIV duque de Veragua,
XIV marqués de La Jamaica,
Almirante y Adelantado Mayor de las Indias, nace en Madrid el 8 de junio de
1837.
Hijo de don Pedro Colón de Toledo y Larreátegui, XIII duque de Veragua
y de doña M.ª del Pilar de la
Cerda y Grand, en 1890 ocupa el cargo de Ministro de Fomento
y en 1901 el de Ministro de Marina. Fue además almirante honorario de la
armada, maestrante de Sevilla, doctor en Derecho, diputado en varias
legislaturas, decano de la Diputación Permanente de la Nobleza Española,
Senador del Reino por derecho propio, Consejero de Estado, Presidente del Monte
de Piedad, de la Protección
de la Infancia,
de la Asociación
de Ganaderos del Reino, de la
Asociación de garrochistas de Madrid, de la Unión de Criadores de Toros
de Lídia, etc…
Fuente; www.numendigital.com
En 1902 el duque de Veragua era
ministro de Marina y como heredero de los designios del marino genovés, para
que se depositasen los restos de éste, eligió la catedral de Sevilla donde se
construyó un formidable mausoleo
para tal fin,.
El duque se trajo a Colón pero
“traspasó” a Macandrito.
Macandrito era de Casta Vazqueña.
Su origen se remonta al año 1.755 cuando
Gregorio Vázquez formó su ganadería con reproductores de procedencias variadas,
y confuso origen. En 1.778 hereda la vacada su hijo Vicente José, el cual cruza
ejemplares de las mejores ganaderías existentes en la época, tales como el
Marqués de Casa Ulloa, Bécquer, Cabrera y el Conde de Vistahermosa.
Vicente José Vázquez mantuvo su ganadería hasta su muerte ocurrida en
1.830. Tras su desaparición la ganadería fue vendida en varios lotes, uno de
los cuales fue a parar al Rey Fernando VII. A su muerte en 1.833 pasa a la Reina regente Mª Cristina.
Un año antes el monarca había regalado 50 vacas y 2 sementales a su sobrino
Miguel de Portugal, Duque de Braganza.
En 1.835 quedan como únicos propietarios los Duques de Osuna y Veragua.
La sociedad mantenida por los nuevos propietarios llegó hasta 1.849,
año en que el Duque de Veragua queda como único dueño manteniéndola en su poder
y en el de sus dos sucesivos herederos hasta 1.927.
Fuente www.ganaderiafraguas.com
El hierro de los toros de Veragua era una V con la corona ducal y la divisa encarnada y
blanca». Los toros de Veragua
eran de gran trapío, elipométricos, no tan grandes ni cornalones como los de
Cabrera ni tan recortados y cornicortos como los de Vistahermosa. Su capa o
librea muy variada, negros y cárdenos principalmente, berrendos en negro o
castaño, bastantes sardos (con distintos matices) y muchísimos jaboneros y flor
de melocotón (produciendo una hermosa visión), capuchinos y paticalzados. El
perfil entrante y las proporciones braquimorfas. Línea dorso lumbar ensillada.
Palomilla alta, grupa redondeada, cola encimera e ijar lleno. La línea ventral
ligeramente recogida y los atributos sexuales manifiestos. Extremidades cortas
y bien aplomadas. La cabeza empastada, anchos de sienes, melenos y
astracanados, con amplias encornaduras, tirando a veletos. El cuello muy
musculado, con amplia cerviz, enmorrillados, la papada breve y casi degollados.
El pecho amplio, los costillares muy desarrollados y de gran diámetro bicostal.
Fuente www.ganaderosdelidia.com
Macandrito reside desde 1902
en Inglaterra, concretamente en El Museo de Historia Natural (Natural History Museum) de South
Kensington, en Londres
Todo
esto lo descubrimos un buen día, en la denodada labor de investigación en busca
de nuestros orígenes, cuando nos topamos en la prensa británica con estos dos
artículos
El
Museo de Historia Natural en South Kensington acaba de recibir como obsequio
por parte del Sr. Edward Johnston, el cónsul británico en Sevilla, un magnífico
ejemplar de toro de lidia español. Se dice que es un típico representante de la
especie (manada), criado especialmente para las corridas de toro en España.
The Western Times, miércoles 2 de julio de
1902
TOROS DE LIDIA ESPAÑOLES
La colección de
animales autóctonos del Museo de Historia Natural ha sido enriquecida por una
notable adición en forma de un esplendido ejemplar de toro español,
especialmente criado para las corridas de toro en España. El corresponsal en
Londres del “Birmingham Post” cuenta que los esfuerzos del museo por obtener un
ejemplar han sido inútiles durante mucho tiempo. Creo que gracias al buen hacer
del Sr. E.F. Johnston, el cónsul británico en Sevilla, la presencia del
ejemplar, ahora en South Kensington, quedo garantizada. Procede de la famosa
ganadería perteneciente al Duque de Veragua
Y allí lo hemos encontrado, con 115 años de edad, y poco
tieso que está.
Alguno podría reparar en el
detalle de que Macandrito no podía ser toro de una gran faena pues tiene las
dos orejas puestas. Craso error si tenemos en cuenta que la primera oreja en la Maestranza se corta en
1915 por el sevillista Joselito el Gallo y la segunda, por el no menos
sevillista Juan Belmonte un año más tarde.
Y a sus pies, una placa recuerda
quién lo llevó hasta allí: Edward Farquharson Johnston, presidente del Sevilla
Football Club en 1890.
Y algunos pensarán; ya están
estos palanganas con sus delirios de naranjas amargas, barcos, cementerios y
falditas escocesas. Y ahora, encima, con los toros.
Pues vale.
Pero ya queda menos para mayo…”que
por mayo era por mayo cuando hace la calor”… Lo mismo hasta se cortan las dos
orejas.
Hay quien vio jugar a Juanito Arza, y te lo cuenta; hay quien estuvo en la Colina de Gelsenkirchen, y te lo cuenta; muchos vimos el gol de Puerta que nos dio la llave de la gloria...
Hay quien podrá contar que leyó el libro de Antúnez...
Un libro distinto.
Un libro que desnuda una mentira todavía contada.
Un libro sobre un hecho que pretendió ser el "crimen perfecto", el objeto del "delito" convertido en "delincuente".
Un libro que destapa un hecho trascendental que quedó velado por el humo de la insidia.
El caso Antúnez pretendió privar al Sevilla Club de Fútbol de una liga.
Alguien, que no viene al caso, postuló los Principios de la Comunicación, uno de ellos es elPrincipio de orquestación. "La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas." De aquí viene también la famosa frase: "Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad."
Si se realizara una encuesta, de esas a las que últimamente estamos tan acostumbrados, y le preguntaran a los sevillanos, incluso a los españoles, ¿qué pasó con Antúnez? la respuesta sería escandalosamente abrumadora en el mismo sentido, el que todos ustedes se imaginan.
Hasta que llega un señor, como Enrique, y decide que ya está bien ser el malo en todas las películas... y empieza a desenmascarar, una por una, todas esas patrañas.
Enrique se ha ido a las fuentes originales, a los periódicos de la época y las publicaciones y normativas que podían tener algo que ver en el asunto.
Como en todas las películas, el malo es como es, gracias a los montajes. Un buen montador puede hacer triunfar o fracasar una película.
Enrique ha investigado las fuentes y ha rescatado los masters en blanco y negro, ha recuperado las secuencias originales y las ha montado con cuidado, como figuraba en el guión original, el de los hechos, fotograma por fotograma.
La cinta mostrada durante años a los espectadores, además de manipular la verdad, convirtió en villanos a muchos honorables personajes, y por ende a sus familias, que tuvieron que soportar las burlas, el descrédito y el arma arrojadiza de un cuento que nunca fue cierto. Podríamos decir que fue un montaje perfecto.
En la película que ha llegado hasta hoy, en algunos episodios, la manipulación que encontró es tan tosca que hasta podría provocarnos la sonrisa, como lo ocurrido con aquella película que se estrenó pocos años después de la historia de Antúnez. La censura no podía consentir que Clark Gable sedujese a una mujer casada, y para solucionarlo decidió modificar el guión, y por consiguiente el doblaje, haciendo creer que Donald Sinden y Grace Kelly no estaban casados, sino que eran tan solo hermanos. Así se contaban las historias en una época no tan lejana.
Lo malo fue que la gente que en aquellos años fue al cine a ver la película no entendía porque dos hermanos se daban besos en la boca, eran tan cariñosos entre sí, dormían en la misma cama y a la vez sentían tantos celos... Así de burdas se presentan algunas de las escenas de este libro.
Lo ejecutado por Enrique es un auténtico trabajo de desmontaje.
Desmontar engaños, desmontar embustes, desmontar historias del abuelito, que cada vez que pasaban los años se iban haciendo más grandes.
Pueden tener ustedes en sus manos un libro que les reconciliará con la Historia, que les va presentar unos hechos que, pueden dar por seguro, no fueron como se los habían contado.
Van a ver la versión original remasterizada del "Caso Antúnez. Más allá del honor".
Vayan por las palomitas y acomódense en sus localidades.
Estreno próximamente.
El espectáculo está a punto de comenzar, y el jueves hasta se lo puede llevar firmado...
El equipo de investigadores sevillista comienza a parir el fruto de sus investigaciones de años, en este caso nuestro compañero Enrique Vidal, ha investigado muy a fondo el famoso “Caso Antúnez” y por fin tendremos en breve en nuestras manos, una versión fidedigna y transparente, hasta límites insospechados, de este suceso ocurrido entre Sevilla FC y Real Betis Balompié a mediados de los años 40.
Como dice su contraportada, “el libro resuelve todas las dudas sobre el famoso “caso” y lo hace de una forma jamás vista hasta ahora”.